top of page

Saber decir NO.

Por Elí Ganem de Discurso Interno



Ilustración realizada por Elí Ganem Kuri @DiscursoInterno


¡Qué complicado resulta separar lo racional y lo emocional cuando de familia se trata! ¿O no?. Estamos sumamente acostumbrados a escuchar que a la familia no se le abandona, no se le niega y no se le critica. Tanto, que somos forzados mediante manipulaciones a continuar conviviendo con personas que nos dañaron en algún momento o nos dañan frecuentemente por el simple hecho de compartir la misma sangre. Y se dice la típica frase “El parentesco no se escoge, pero tampoco se niega”.


Estamos tan inmersos en esta enseñanza que ha venido de generación tras generación, que cuando alguien pone el límite y corta lazos, pensamos que esa persona está mal, más no quien cometió el daño. De igual manera se considera que el que pone su limitante es quien comete el error, porque se tiene la falsa idea que ‘alejarse’ significa ‘aborrecer’, cuando realmente no lo es. Muchos hoy en día, comprenden que compartir un vínculo consanguíneo no es sinónimo de soportar la soberbia, malos tratos o egoísmo. No obstante, aún son minoría comparado con el resto de la población.


Comprendo que es complicado y doloroso deslindarse del grupo familiar, ya que mezclamos nuestras emociones. Es cierto que parte del resultado de lo que hoy somos, está aunado a lo que vivimos con ellos; de esa manera está involucrada nuestra historia, nuestro crecimiento y en parte, nuestra identidad. Pero es necesario y sano poder poner límites con la gente que no nos hace bien tanto en lo mental, como en lo físico y lo emocional y ¡sí!, esta regla se aplica incluso con nuestra propia familia. Ya que mucho de lo que hoy vivimos y sobre todo soportamos, se origina de nuestra interacción con ellos.


De igual manera es entendible, porque cuando la víctima decide alejarse, la manipulación del resto y su propia culpa juegan en su contra. Es agotador irse cuando una parte de ti cree que tienen razón cuando dicen que estás mal por simplemente no querer soportar malos tratos o injusticias. Resulta una decisión enredada porque una parte de ti jamás deja de querer y desearía que el panorama fuera distinto, pero la otra ya no puede tolerar. Es complicado distanciarse cuando la soberbia de las otras personas te hace pensar que el egoísmo es tuyo por querer vivir tranquilamente.


A una persona soberbia le falta pensar que muchas veces es el problema, pero le sobran ‘peticiones’ injustas, agresivas e ilógicas hacia los otros: “¡Quiéreme como soy!”, “¡Atiéndeme como merezco!”, “¡Reacciona como quiero!”, “¡Contesta como espero!”, “Hazlo como yo lo hago”. Y para quien recibe eso, es doloroso, pues una parte de uno desea cumplir la petición y la expectativa, mientras que la otra parte está fastidiada, igualmente se juegan la culpa y la sobreexigencia hacia uno mismo y sobre todo, la codependencia; ya que una parte no tendría existencia y fuerza si la otra no se la da.


Poner límites o cortar vínculos no es un proceso el cual se hace únicamente con el otro, sino también con uno mismo. Se necesita percatarse que se está dentro de la dinámica tóxica, sentirse incómodo con ella y decidir salir de ese juego de roles al cual no quieres pertenecer. Convirtiéndolo en un proceso fuerte, difícil, tedioso, extenso, pesado, lleno de duelos constantes; pues a nadie le resulta fácil distanciarse de quienes fueron sus primeros vínculos sociales y de amor, y por ende, tampoco de los vínculos que tiene ahora y que forman parte de su ser. Por lo que es de reconocer que es de valentía, amor propio y fuerza el poder poner un alto a otros y con ello, a uno mismo.


Reitero que es una decisión compleja, dudosa y sobre todo dolorosa, porque hay muchas miradas y comentarios alrededor del <no soltar>. Incluso la gente, en su mayoría lo toma como una postura sumamente egoísta, pero realmente no lo es cuando logras comprender, que mejorar TU CALIDAD DE VIDA es la mejor ganancia que pudiste obtener, al saber establecer límites o romper ciclos/vínculos que no te hacen bien.



5 Comments


Guest
Apr 15, 2022

Hay momentos que poner limites parece imposible, porque el miedo a perder amigos o familiares es paralizante; por otro lado también genera culpa causar dolor a personas que queremos.

El mensaje de la autora es como un rayo láser que pega directo en la conciencia y nos deja pensando mucho.

Like
Replying to

Hola, tienes razón. Hay demasiada culpa y por ello muchos luego no lo hacemos. No obstante, el texto y la psicología en general busca cambiar maneras de pensar y brindarles algo a la gente que genere paz, tranquilidad y bienestar para cuando se toman decisiones así o similares. Un saludo, atte: Discurso Interno

Like

Alejandra Kuri Rojas
Alejandra Kuri Rojas
Apr 14, 2022

Coincido totalmente. Llevo años de terapia, aprendiendo a poner límites a otros y a mí misma. Son conductas muy arraigadas, tanto de quien abusa cómo de quien es abusado, o de personas envueltas en dinámicas tóxicas. Hay que atrevernos a decir NO.

Like
Replying to

Exactamente Ale, gracias por compartir tu experiencia y felicidades por haber comenzando a poner límites, como dices es algo arraigado y aprendido por años por eso muchos luego pensamos que es mejor no cambiar ello, porque lo vemos imposible. Sin embargo, no lo es. Nunca es tarde para cambiar la dinámica. Gracias por leerme.

Like

Guest
Apr 14, 2022

Me encanto esta lectura tiene una gran verdad y nos cuesta tanto trabajo decir NO ,cerrar ciclos es muuuuy doloroso.

Gracias por compartir

Like
239664121_100179832392905_5841405168345488771_n.jpg

¡Hola! Muchas gracias por leer. 

Soy psicóloga y me apasiona la escritura, si esta lectura te inspiró, recordó o generó algo; me encantaría que me lo dejaras un comentario, será un placer leerte.

  • Facebook
  • Instagram
bottom of page