Salir de la jaula.
- Elí Jess Ganem Kuri
- 5 may 2022
- 3 Min. de lectura
Por Elí Ganem de Discurso Interno.

Ilustración realizada por Elí Ganem Kuri @DiscursoInterno
El encierro físico que hemos vivido durante más de dos años, ha dejado secuelas fuertes en nosotros. Siendo un evento que ha mantenido diversas heridas las cuales no hemos podido sanar. Día a día estamos bombardeados por noticias creando una constante incertidumbre. ¿Será que podamos un día regresar a la normalidad o será que empeore y tengamos que estar nuevamente encerrados?
Este impacto histórico nos ha agrietado de diferentes maneras, algunos descubrieron o sacaron a relucir su parte agresiva; otros empezaron a comer de más; algunos perdieron la confianza en sí mismos y empezaron a mostrarse más tímidos o más hipersensibles, incluso más desesperados. Hubo quienes resultaron perjudicados tanto mental, física, económica como emocionalmente y no por negativos, sino porque su realidad no les permitía vivir con calma esta situación o en su contrario a los que les cayó como anillo al dedo, ya que pudieron sacarle provecho. Cuál sea el resultado, el proceso implica un cambio interno que se refleja y proyecta hacia el exterior.
Hoy estamos forzados a retomar nuestras vidas fuera de casa y aunque varios lo agradecen y retomaron sin ningún problema aparente, hay quienes tienen demasiada ansiedad y no es gratuita ya que estuvimos mucho tiempo conviviendo con las mismas personas día y noche, por lo que ver a un cúmulo de gente es abrumador. El salir, tomar el aire, permitir que el sol te de mientras caminas en la calle, mojarse por la lluvia, escuchar el ruido del tráfico, los coches, la gente, volver a exponerse a la inseguridad puede convertirse en algo completamente atosigante y sobre todo angustioso. La ansiedad incrementa cuando vemos a la gente avanzar y nos comparamos, pensando que estamos “mal” y que nuestros miedos, síntomas, ideas e incomodidades, nos están dejando atrás, estancados en el trayecto.
La pandemia se volvió un momento de introspección y autoconocimiento tanto de aspectos favorables como negativos; para algunos fue una oportunidad para un break de la gente y darse la oportunidad para dedicárselo a sí mismos, la familia o para retomar actividades que hace mucho no realizaban, mientras que otros se descubrieron con más temores, fantasmas o aspectos negativos que antes no habían experimentado, por lo que genuinamente, no saben sobrellevar.
Cuando nos referimos a la gente que ha tenido dificultad para reincorporarse a la vida social, podemos pensar que la ‘casa’ toma el papel de secuestrador mental el cual usa lo emocional para detenerte. Es decir, se nos creó demasiado temor de estar fuera, que a pesar de no tener cadenas ni limitantes, al pasar a semáforos “naranja” o “verde” nuestro cuerpo reaccionaba con síntomas fuertes para evitar salir (dolores de cabeza, hipersensibilización, mareos, ansiedad, agorafobias u otras fobias, ideas irracionales, inseguridades y más) con el fin de permanecer en casa buscando nuevamente seguridad. Incluso, aunque el ambiente dentro de casa podría ser tormentoso, hostigante, hostil, agresivo y/o asfixiante creó cierta dependencia y temor a lo de afuera, derivando en dificultad para contemplar la idea de salir; poniendo en una balanza, ¿que es menos peor?.
Con los síntomas referidos anteriormente, la manera de re-involucramiento en la vida social y resultados, reflejan la importancia de recibir apoyo, acompañamiento y/o atención psicológica, psiquiátrica y médica para manejar estas emociones o situaciones nuevas de manera benéfica para uno mismo u otros. Sin embargo, hay gente que aún tiene tabúes con respecto al tema. Una alternativa para estas personas es buscar información de técnicas o maneras de apoyo que puedan realizar por su cuenta.
Lo principal es entender el panorama de quien sufre por medio de la escucha, aunque parezca extraño para unos o demasiado obvio para otros, de esta manera se podrá dirigir la atención a lo que realmente está afectando. Posteriormente será el buscar alternativas para la reincorporación gradual a la vida social, primero tener salidas a cortas distancias, ir a lugares no tan concurridos e ir aumentando de escenario con el paso del tiempo. Otra opción es tener <algo> que te ayude a canalizar el estrés y la ansiedad, tanto en casa como en la calle, puede ser una pelota antiestrés, un amuleto, un muñeco apachurrable, aceites aromáticos, etc. También es benéfico para canalizar las emociones no tan agradables, la realización de actividades recreativas como pueden ser los juegos de mesa o construcción, nuevos hobbies, hacer manualidades o experimentar con el arte. El uso de técnicas de respiración consciente será provechoso para esta causa. Y lo más importante, tener paciencia y empatía por quien la está pasando mal, ya que ese apoyo será un excelente reforzador para poder salir de la prisión mental.
La crisis es lo que genera un cambio simbólico en todos los seres vivientes de este planeta, lamentablemente nuestro mecanismo moral crea una desconeccion con la naturaleza, limita este cambio convirtiendo a un ser racional tan maravilloso como es el ser humano, en individuos llenos de lamentos y justificaciones para seguir aferrados al confort y a la ilusión de una búsqueda de la felicidad inalcanzable. Resumo el ser humano debe de buscar el DESARROLLO después de todo es la base de la EVOLUCION.
He conocido diversos casos y tipos de reacciones respecto de todo este tiempo de aislamiento. Lo que tenemos en común, es que, efectivamente, constituyó un cambio que ahora regresará al estado original... con los impactos emocionales, físicos y económicos que implicó aislarnos, y que implicará regresar a la convivencia normal. Muchos necesitaremos apoyo adicional y técnicas de relajación y adaptación en las que un buen terapeuta nos puede acompañar. Saludos y Felicidades por el crecimiento de este espacio.
Eli Ganem.
Este tiempo ha sido una oportunidad para crecer como seres humanos. Un motivo para ser mejores y atender la realidad con mayor conciencia.
Tu aporte es reflexivo, interesante y un gran motivo para "darnos cuenta".